sábado, 6 de febrero de 2010


Sabeis, la gente es incapaz de detectar la mentira, somos por naturaleza ingenuos, creemos y confiamos en nuestros seres queridos, amigos e incluso, en muchas ocasiones, en desconocidos.
Y sí yo admito que lo soy, me entrego y confio demasiado en la gente que menos me corresponde. En ocasiones, produce buenos resultados, las personas agradecen tu confianza, pero siempre puede caer en manos de alguien demasiado listo, si se puede decir asi, en manos de alguien que no tendrá ningún remordimiento en acabar con la sonrisa que desde siempre te ha pertenecido, en derrumbar torres de teorias y pensamientos que desde un principio fueron fundamentales para tí. Y la pregunta es ¿podemos confiar en la gente?. Supongo que eso nunca se sabrá, aunque si es cierto que tenemos esa necesidad implacable de tener alguien al lado, en cada momento de tu vida, a quien poder contarle qué te ha pasado hoy, cuáles son tus preocupaciones...
Supongo que la posibilidad de que caiga en manos de ese listillo, siempre estará ahí, quizá siempre halla que dejar un pequeño espacio para la confianza y un gran espacio para la duda.

1 comentario:

  1. Yo intento ser de las que piensan: "confiar en las personas hasta que te demuestren lo contrario"

    Creo que estar siempre desconfiando o malpensando es un mal vivir para uno mismo, por lo que en cuanto veo algo que no me cuadra, me mantengo alejada de esa persona, y no dejo que se interfiera en mi vida.

    Un abrazo, y me añado como seguidora.

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